Una vez que aparezca, ya no habrá vuelta atrás. Por muy pequeño que sea el tamaño inicial, ya no habrá vuelta atrás. Por muy lento que sea el crecimiento, ya no habrá marcha atrás. Por mucho espacio que haya, ya no habrá marcha atrás. Crecerá, se dividirá, consumirá todos recursos y ocupará todos los espacios; así hasta el final: la voracidad, sea de lo que sea, es tan desmedida que siempre acaba por consumirse a sí misma.