He recorrido toda la ciudad en su busca. He visitado los lugares que frecuentábamos todos los días. He repetido todas nuestras rutinas: todo sin éxito. No sé dónde podría estar. Sólo me queda una opción, esperar en el aparcamiento desde dónde regresábamos a casa. Tiene que aparecer. No puede haberse ido sin más. Después de pasar todo el verano conmigo… Sin duda se habrá perdido. Esperaré. Esperaré aquí, sin moverme, todo el tiempo que haga falta. Sólo espero que alguien me dé un poco de pan duro y me deje un cuenco con agua…